miércoles, 22 de enero de 2020

Los Cosacos Ucranianos II

El levantamiento de Jmelnytsky desencadenó un largo periodo de guerras que hizo a muchos historiadores referirse al periodo que siguió a la revuelta como “la Ruina”.
La principal consecuencia a largo plazo de las guerras, fue la división de Ucrania a lo largo del Dnipró entre Polonia y Moskovia. La frontera del Dnipró se convirtió en un factor principal en la historia temprana de la Ucrania moderna y es relevante aún hoy en día.
La visión de Bogdan Jmelnytsky para el Estado Cosaco fue una expansión territorial, no una fragmentación. Pero fisuras entre los oficiales cosacos llevaron a la división del Estado Cosaco que se hizo notoria muy pronto luego de la muerte del Hetman en agosto de 1657.
El detonante fue la competencia por la sucesión del más alto rango en su tierra. Jmelnytsky pensó en crear su propia dinastía, y poco antes de morir, arregló la elección de su hijo Yurii como nuevo Hetman, un enfermizo chico de 16 años con episodios de epilepsia.
En otoño de 1657, un experimentado hombre de la corte, encargado de servir al joven regente, fue quien le removió sin derramar una gota de sangre, para luego organizar su propia elección como Hetman. Su nombre era Ivan Vyhovsky.
Vyhovsky, excepcionalmente educado para los estándares de la época, pertenecía al ala radical de la reforma polaca, pero luego se convirtió a la Iglesia Ortodoxa y volvió a Ucrania donde se hizo amigo de Jmelnytsky y el Hetman le devolvió sus posesiones.


Muchos cosacos estaban descontentos con la llegada al poder de los nobles liderados por Ivan Vyhovsky. Especialmente los de Zaporyzhia expresaron su desacuerdo.
Moscú animaba a los opositores de Vyhovsky de tener el derecho a comunicarse directamente con los oficiales del Zar. Los moscovitas buscaban sacar provecho de la división entre las filas cosacas para debilitar al Hetman y hacerlo menos independiente que su predecesor, Bogdan Jmelnytsky.
En junio de 1658, el ejército de Vyhovsky, respaldado por los tártaros de Crimea, confrontaron a los cosacos de Zaporyzhia y sus aliados del Hetmanato cosaco cerca de la ciudad de Poltava, en el banco izquierdo del Dnipró. Vyhovsky salió victorioso, pero el número de muertes fue enorme, estimándose cerca de 15.000 cosacos.
Fue la primera vez desde 1648 que cosacos luchaban contra cosacos, estableciendo el precedente que arruinaría su Estado. Vyhovsky no tenía duda de que Moscú estaba detrás de los rebeldes. Decidió hacer un nuevo trato con Polonia.


En septiembre de 1658, Vyhovsky convocó un consejo Cosaco en el pueblo de Hadiach, en el banco izquierdo del Dnipró, que aprobó las condiciones para que el Hetmanato volviera a la jurisdicción del Reino polaco.
En las luchas de la Unión de Brest, los nobles ortodoxos desarrollaron una interpretación anacrónica de la Unión de Lublin como un acuerdo que no solo reconocía al Grand Ducado de Lituania, sino las tierras de Rus’ en la CPL como socio de esta.
La Gran Revuelta hizo que algunos miembros de la nobleza polaca más abiertos a la idea del principado de Rus’ que antes, pero el auge del Estado Cosaco había hecho más difícil incorporar incorporarle por su forma diferente de organización política y social.
Así, respondiendo a las demandas previas a 1648 de la élite cosaca, la Unión de Hadich ofrecía incorporar de inmediato a la nobleza a 1000 familias cosacas y luego a 100 familias cosacas por año en cada regimiento.
Aparte de esto, solo los ortodoxos tendrían el derecho de ostentar cargos administrativos en el el nuevo principado. También se exigía que el Colegio de Kyiv fundado por Pedro Mohyla, fuera reconocido como Academia.
Las noticias de la Unión con Polonia llegaron al Zar, quien llamó a los cosacos a rebelarse ante el “traidor” Vyhovsky. Las tropas moscovitas junto a cosacos enemigos de Vyhovsky, tomaron el control del sur del Hetmanato.
En la primavera de 1659 declaró públicamente que el Zar había violado su acuerdo con los cosacos y violado sus desechos y libertades. Convocó a sus aliados de Crimea y atacó al ejército moscovita en su avance.
La batalla de Konotop, librada cerca de la actual frontera ruso-ucraniana en junio de 1659, acabó en una espectacular victoria para Vyhovsky. El ejército moscovita con más de 100.000 hombres, tuvo 40.000 bajas y la flor de su caballería fue aniquilada.
La versión del tratado aprobada por la Dieta, no sostuvo las promesas acordadas por los negociadores con Vyhovsky. Limitó las tierras del nuevo principado a los palatinatos de Kyiv, Bratslav y Chernihiv, aunque el Hetman también quería el occidente de Ucrania, incluyendo Volhynia y Podolia.
Además limitó el registro Cosaco a 40.000, que eran 20.000 menos de los que había negociado Jmelnytsky con el Zar luego de Pereiaslav. Ahora, la mayoría de la élite cosaca veía a Vyhovsky como un traidor. Tuvo que abandonar Ucrania al fallar en mantener la unión del Hetmanato.


Yurii Jmelnytsky llegó al poder en el otoño de 1659 con el apoyo de oficiales cosacos que veían poder negociar condiciones similares a las conseguidas por Bogdan Jmelnytsky con el Zar. Pero se equivocaron.
Un nuevo Consejo Cosaco escogido por iniciativa de la voevoda moscovita y rodeado por un ejército de 40.000 hombres, confirmaron la elección de Yurii Jmelnytsky, pero reduciendo las condiciones y privilegios dados a su padre.
A partir de ahora, la elevación del Hetman requeriría el permiso expreso del Zar y éste no tendría el derecho de conducir las relaciones exteriores o escoger coroneles sin el consentimiento de Moscú. Además, habrían guarniciones moscovitas en cada pueblo principal del Hermanato.
En enero de 1660, las voevodas moscovitas enviaron un particular mensaje a Jmelnytsky. El cuerpo de Danylo Vyhovsky, Hernano del anterior Hetman y primo de Yurii Jmelnytsky, quien cayó en manos moscovitas durante un ataque a la guarnición de Kyiv.
Los captores de Danylo le torturaron hasta la muerte. Lo que el Hetman vio en el ataúd le hizo llorar. Un diplomático polaco que estaba en ese momento lo describió. El cuerpo estaba hecho pedazos por latigazos, los ojos sacados de sus órbitas y estas rellenas de plata (fundida), sus oídos trepanados y rellenos de plata, sus dedos mutilados, sus piernas cortadas a los largo de sus venas. Una salvajada nunca vista”.
Pero el Zar no logró el propósito de intimidar al joven Hetman y su entorno. Según la misma fuente, este hecho no sólo hizo llorar al joven Jmelnytsky, sino que también escandalizó a su corte.
La joven viuda de Danylo Vyhovsky maldijo a los asesinaos de su marido. La venganza llegó más tarde, ese año. En otoño de 1660, durante una batalla entre tropas moscovitas y un destacamento polaco respaldado por tártaros de Crimea, el joven Jmelnytsky y sus hombres cambiaron de bando y juraron lealtad al Rey polaco. El ejército moscovita fue derrotado y su comandante pasó veinte años de cautividad en Crimea.


Luego de la victoria polaca sobre los moscovitas, los cosacos regresaron a la jurisdicción del Reino de Polonia bajo condiciones menos favorables que las ofrecidas por la Dieta en la Unión de Hadiach. De hecho, eliminaron el nombre del principado de Rus’.
Cada vez que cambiaban de bando, los cosacos perdían más derechos y privilegios. La presión ejercida sobre el Hetmanato por el Tzarato de Moskovia y el Reino de Polonia fue tan fuerte, que se dividió en dos partes a través del río Dnipró.
En 1660, al establecer Yurii Jmelnytsky su base de operaciones en el banco derecho del Dnipró, los regimientos del banco izquierdo, con el apoyo moscovita, escogieron su propio Hetman.
En 1663, en un acto desesperado, a los 22 años, Jmelnytsky renunció y se recluyó en un monasterio. Este fue el final oficial del Hetmanato unido. Los cosacos del banco derecho eligieron un Hetman subordinado a Polonia y los del banco izquierdo, otro a Moskovia.
En 1667, diplomáticos polacos y moscovitas firmaron el tratado de Andrusovo, que hacía la partición de Ucrania, el banco izquierdo para el Tzarato de Moskovia y el derecho para el Reino de Polonia.



En 1669, el Sultán Mehmed IV tomó a Doroshenko y sus cosacos bajo su protección bajo la misma condición que puso a los gobernantes de Moldavia y Walakia: que movilizaran sus tropas donde y cuando fueran requeridas.
Las tierras reclamadas por Estambul, incluían no solo a Ucrania a ambos lados del Dnipró, sino además las tierras de Rus’ hasta el Vistula al oeste y el Nieman al norte.
Era una agenda ambiciosa, pero las condiciones eran favorables para hacer realidad el sueño de Jmelnytsky desde hacia 20 años, que era tener bajo su control todas las tierras de la Rus’. Los otomanos no solo ofrecieron al Hetman una insignia, solo también tropas en su territorio.
En 1772, un poderoso ejército de 100.000 otomanos, cruzó el Danubio. Y con la ayuda de sus vasallos de Crimea, Walakia, Moldavia y ahora también cosacos, fueron contra las fuerzas polacas.
Fueron mucho más allá de Jotyn, el lugar crucial de batalla más de 50 años atrás. Sitiaron el fuerte de Kamianets en Podolia, situado en un alto acantilado rodeado de un profundo barranco, que se consideraba impenetrable.
Pronto el ejército del Sultán estaría sitiando Lviv. Los polacos pidieron la paz y renunciaron a reclamar Podolia y la zona central del Dnipró. Doroshenko y sus seguidores celebraron la victoria.
Pero los deseos de Doroshenko no se cumplieron. Los otomanos tomaron el fuerte de Kamianets y la region adyacente de Podolia bajo su control directo, mientras los cosacos recuperaron su terriorio en la region central del Dnipró como Estado independiente.
No había planes de extender la ofensiva al banco izquierdo de Ucrania o al norte hacia Volhynia y Belarus. Pero los problemas de Doroshenko con los otomanos apenas comenzaban.

Los otomanos despertaron la indignación cuando convirtieron algunas iglesias cristianas en mezquitas y permitieron que los condujeran su caza de esclavos en la región.
El apoyo a Doroshenko estaba menguando al igual que la población del banco derecho bajo su control. Se convertía en un desierto con la huida de los habitantes al este y al oeste.
El banco derecho de Ucrania se hizo “Ruinas”, denominándose así a este capítulo de su historia. Solo fue cuestión de tiempo para que Doroshenko abandonara la escena política.
En lugar de unificar Ucrania bajo en blando protectorado otomán, atrajo otro poder de partición a la region, uno que resultó más destructivo que cualquiera de sus predecesores.
En 1676, cuando las tropas moscovitas apoyadas por sus aliados cosacos del banco izquierdo cruzaron el Dnipró y se aproximaron a Chuhyryn, la ciudad natal de Doroshenko, el Hetman cosaco renunció a su cargo y juró lealtad al Zar.
El control otomán en Ucrania no duró mucho, ya que le daban poca prioridad a esta parte de su frontera y necesitaban recursos de donde fuera, especialmente del Mediterráneo.
En 1698, Doroshenko murió y Podolia volvió al control polaco. Los otomanos estaban fuera por completo y la frontera moscovita-polaca, contra la que Doroshenko se rebeló en 1666, estaba completamente restablecida.
En cuanto a alianzas extranjeras, los cosacos lo habían intentado todo, desde los tártaros de Crimea hasta los moscovitas, suecos y polacos. Nada funcionó. Se había perdido la unidad de los cosacos y las tierras de Ucrania.



La última gran revuelta cosaca fue la liderada por Ivan Mazepa en 1708, contra Moskovia y el fundador oficial del Imperio Ruso, el Zar Pedro I. Esta acabó en su derrota junto con el ejército sueco del Rey Carlos XII.
En las últimas décadas del siglo XVII, los moskovitas mantuvieron el banco izquierdo de Ucrania bajo su control, no solo debido a su superioridad militar, sino también por haber sido más flexibles que los polacos.
En 1669, en plena revuelta de Petro Doroshenko, Moscú acordó devolver condiciones cercanas a las que se le garantizaron a Bogdan Jmelnytsky. Mientras tanto, los polacos reducían sustancialmente los privilegios cosacos en su lado del río.
El resultado fue la migración al banco izquierdo de los habitantes de las tierras cosacas bajo el mando polaco, que mantuvieron un crecimiento económico, mientras el banco derecho se convertía en una zona desértica.
La expansión económica del banco izquierdo, llevó al resurgimiento económico y cultural de Kyiv. Los profesores que habían huido de la ciudad en los 1650s, ahora daban la bienvenida a una nueva generación de estudiantes.
La introducción de textos, prácticas e ideas de Kyiv en Moskovia en la segunda mitad del siglo XVII causaría una ruptura en la iglesia ortodoxa de ese país.
Mientras el Zar y el Patriarca las reformas de Pedro Mohyla, los conservadores de revelaron y se unieron a favor de los lideres del viejo culto. De hecho el nombre que les da la iglesia oficial es “raskol’niki” o cismáticos, haya venido de Ucrania.
Según las condiciones del pacto de Andrusovo, que dividía a Ucrania a la mitad, Kyiv, ubicado en el banco derecho del Dnipró, se suponía que pasaría a ser de Polonia luego de dos años de gracia. Pero la posibilidad de de volver a estar bajo mando del Rey católico aterrorizaba al clero ortodoxo.
Usaron todas sus armas de persuasión para convencer al Zar de que la ciudad de Kyiv debería estar bajo su control, pero manteniendo la independencia del metropolinato de Kyiv.
No todo salió bien, en los 1670s, el Zar retuvo su control sobre la cuidad, pero en la siguiente década los moscovitas y sus apoyos en Kyiv, transfirieron el Metropolitanato de su jurisdicción en Constantinopla a Moscú.
La transferencia tuvo lugar en 1685 y así, el clero Kievita recibía la protección del Zar a costa de su independencia. Así entonces, se creó el actual mito de que Kyiv fue la primera capital de Moskovia, posteriormente Imperio Ruso y comenzaron a adueñarse de su historia antigua.



Hasta 1663, cuando tuvo lugar la primera partición de facto de Ucrania, algunos Hetman llamaban al Hetmanato en ambos bancos del Dnipró en sus cartas oficiales con el nombre de Ucrania.
Luego del Pacto de Andrusovo, ya lo hacían todos, incluyendo a Petro Doroshenko y Yurii Jmelnytsky, refiriéndose a la madre patria Ucrania como supremo objeto de lealtad, supraditándole a cualquier alianza o acuerdo.
El último Hetman cosaco que intentó reunificar el banco derecho e izquierdo fue Ivan Mazepa (1639-1709). Voltaire, Lord Byron, Pushkin y Victor Hugo escribieron de la vida y hazañas de Mazepa.
Fue figura de óperas y teatro norteamericanos, ganando fama cultural y literaria como Hetman y como amante bajo su nombre escrito en francés: Mazeppa.
Mazepa gobernó el Hetmanato por más tiempo que cualquiera de sus predecesores (1697-1709), falleciendo por muerte natural. Los dos Hetman que le precedieron, fueron acusados de traición por la voevoda moscovita y enviados a Siberia.
Para perder el título de Hetman, la libertad o la propia vida, no hacía falta conspirar contra el Zar o tratar de unirse a los polacos, otomanos o suecos. Bastaba dejar de caer en gracia a los cortesanos moscovitas.



Nativo del banco izquierdo, Mazepa provenía de una noble familia ortodoxa. Fue educado en la universidad Mohyla de Kyiv y en una escuela jesuíta en Varsovia, estudió el oficio de la artillería en Europa occidental.
Al regresar, el joven Mazepa comenzó su carrera militar y diplomática en la corte del Rey polaco. Luego se unió al Hetman Doroshenko, pero los cosacos de Zaporyzhia aliados con Moskovia le capturaron.
Según la historia contada en occidente por primera vez por Voltaire y luego repetida por otros, Mazepa acabó junto a los cosacos de Zaporyzhia como resultado de un affair de final catastrófico.
Supuestamente se hizo amante de la joven esposa de un prominente oficial polaco, quien al saber de esto, ordenó desnudar a Mazepa y atarlo a un caballo que sería liberado en la estepa.
Según la historia, los cosacos de Zaporyzhia encontraron a Mazepa moribundo y le ayudaron a curarse. Luego le enviaron ante el Hetman Ivan Samoilovich, quien alistó a este ilustre oficial a su servicio.
Pasó el tiempo y llego a convertirse en Hetman. Entonces hizo una gran labor para promover el crecimiento económico del Hetmanato y el florecimiento de su vida cultural y religiosa.
El Hetman Mazepa se encargó de dirigir la restauración de las iglesias que sufrieron daños durante las largas guerras cosacas. Entre ellas estaba la Catedral de Santa Sofía, anteriormente restaurada por Mohyla.
También restauró la Catedral de la Dormición y la Iglesia de la Santa Trinidad en el Monasterio de las Cuevas, que junto a Santa Sofía, son parte del legado arquitectónico de la era de Rus’ de Kyiv.
Además dirigió la construcción de nuevas iglesias, incluyendo la Iglesia de la Natividad de la Madre de Dios en el Monasterio de las Cuevas y numerosas iglesias en Kyiv y en Baturyn, al noreste del Hetmanato, frontera moscovita.
La mayoría de las Iglesias fuera del Monasterio de las Cuevas no sobrevivieron los 1930s, ya que fueron demolidas por los bolcheviques en su afán por convertir a Kyiv en una capital socialista.
El estilo arquitectónico de esta época se conocen como barroco cosaco o Mazepa.
A diferencia de cualquier Hetman previo, Mazepa fue capaz de concentrar en sus manos el poder político y el económico. Esto debido al favor del Zar Pedro I, ya que Mazepa le había apoyado cuando disputaba el poder con su media hermana, Sofía.


La alianza entre Pedro I y Mazepa acabó súbitamente en el otoño de 1708, al calor de la Gran Guerra del Norte (1799-1721), librada por Moskovia y Suecia, asistidos por sus respectivos aliados, en los Bálticos.
Luego de derrotar al aliado moscovita, Augusto el Fuerte de Polonia, el joven Rey de Suecia, Carlos XII, comenzó su marcha a Moscú. Pedro estaba en retirada, provocando incendios para detener el avance enemigo.
Estas tácticas destructivas, exacerbaron viejas disputas de la élite cosaca. Los coroneles cosacos se habían quejado por años ante Mazepa acerca del abuso de los regimientos cosacos por Pedro. Una de las quejas era usarlos para cavar canales en San Petersburgo, la capital del futuro Imperio Ruso, fundada por el Zar en 1702. Los cosacos morían como moscas por frío y enfermedades. Además la introducción de nuevos impuestos y reformas administrativas que convirtieron el Hetmanato en una provincia regular de Moskovia en lugar de ser un enclave privilegiado.
No fue hasta Carlos XII se desvió por Ucrania en su camino a Moskovia y el Zar se negó a ayudar con tropas a Mazepa, asignándole a él la tarea de retardar el avance quemando aldeas ucranianas, que el Herman escuchó a sus coroneles y cambió de bando.
Moskovia no estaba cumpliendo con su compromiso principal de defender el Hetmanato, así que en noviembre de 1708, Mazepa y sus hombres se unieron al ejército de Carlos XII.



Pedro I envió tropas a Ucrania bajo el comando de su mano derecha, Aleksandr Menshikov, pero no se movilizó ninguna fuerza cosaca en su contra. Los moscovitas, entonces, tomaron Baturyn por sorpresa, saqueando las armas y provisiones que Mazepa había preparado para su propio ejército y el sueco.
Menshikov masacró a la población. Más de 10.000 guerreros y residentes de Baturyn, incluyendo mujeres y niños, murieron a manos de sus captores. La batalla por la lealtad de los cosacos y los habitantes el Hetmanato había comenzado.
Mazepa, igual que Vyhovsky anteriormente, consideraba su relación con el Zar como contractual. De manera que al violar los derechos y libertades garantizados, el acuerdo perdía validez.
El Zar nombró a un nuevo Hetman a sus órdenes, causando la ruptura en las filas de Mazepa, quien perdió mucho apoyo de pueblo y cosacos que preferían una alianza ortodoxa antes que católica, musulmana o, en este caso protestante.
A principios de julio de 1709, las tropas suecas de 25.000 hombres se enfrentaron al ejército moscovita dos veces mayor en el campo, cerca de la ciudad de Poltava. Los cosacos asistieron en ambos bandos.
La superioridad numérica del enemigo nunca fue un problema para Carlos XII, quien había becuadro a fuerzas rusas y polacas mucho mayores en el pasado. Pero esta batalla fue diferente.
El invierno en territorio hostil había debilitado a su ejército. Carlos XII quien solía liderar a sus tropas personalmente en las batallas, había sido herido días antes y delegó su función a varios oficiales, lo que generó confusión en las filas suecas durante la batalla.
Esto resultó en la victoria para los moscovitas. Carlos XII y Mazepa tuvieron que huir de Ucrania y refugiarse en Moldavia otomana. Ivan Mazepa murió en el exilio en el pueblo Moldavo de Bender en otoño de 1709.


En otoño de 1708, el Zar obligó al Metropolita de Kyiv a condenar a Mazepa como traidor y declarar un anatema contra el. Luego de la batalla de Poltava, el rector de la Universidad de Kyiv que había comparado a Mazepa con Volodymyr el Grande, le condenó.
Cientos de alumnos de la universidad de Kyiv se trasladaron a Moskovia e hicieron ahí sus carreras, buscando acercarse a la iglesia ortodoxa ahí establecida para llegar a ser obispos o capellanes militares.
La deserción de Mazepa, hizo que el Zar se apresurara en la integración del Hetmanato en la estructura institucional y administrativa del Imperio. Un residente moscovita, ahora supervisaba al nuevo Hetman, Ivan Skoropadsky.
La anterior capital del Hetmanato, Baturyn, fue arrasada por los moscovitas, así que crearon una nueva más cerca de la frontera con Moscovia, el pueblo de Hlujiv.
Las tropas moscovitas hicieron una base permanente en el Hetmanato. Se confiscó los bienes y arrestó a los familiares de los oficiales cosacos que estaban con Mazepa.
Luego de que Moscovia ganara la Guerra del Norte en 1721, Pedro I cambió el nombre de Tzarato de Moscovia por Imperio Ruso y se proclamó a sí mismo como su primer Emperador.
Al año siguiente, el Zar usó la muerte de Skoropadsky para liquidar el título de Hetman. Colocó al Hetmanato bajo la jurisdicción la la “Universidad de la pequeña Rusia”, dirigida por uno de sus oficiales imperiales.
Los cosacos protestaron y enviaron una delegación a San Petersburgo para pelear por sus derechos. El Zar ordenó el arresto del líder de la oposición cosaca, el Coronel Pavlo Prolubotok, quien moriría luego en prisión.


Se hIzo un documento llamado “Pacta et conditiones” presentado por Pylyp Orlyk, el Hetman elegido por los cosacos exiliados en Moldavia luego de la muerte de Mazepa. No reconocían a Skoropadsky, el Hetman electo bajo orden de Pedro I como su líder legítimo.
Este documento, conocido en Ucrania como “Constitución de Pylyp Orlyk”, limitaba el poder del Hetman para garantizar los derechos de las tropas y oficiales cosacos, especialmente los de Zaporyzhia, muchos de los cuales apoyaban a Mazepa.
Los cosacos del Hetmanato consideraron la muerte de Pedro I, en febrero de 1725, pocas semanas después del arresto de Polubotok, como un castigo divino por los abusos del Zar. También como la oportunidad de recuperar los privilegios usurpados por el Zar.
La restauración del cargo de Hetman encabezaba su agenda. En 1727, alcanzaron su propósito al elegir un oponente de Pedro I, el Coronel Danylo Apostol, como cabeza del recién reestablecido Hetmanato.
Los textos cosacos de este periodo (principios del siglo 18), usaban indistintamente los terminos Rus’, Rutenia, Malorusia (pequeña Rusia) y Ucrania para referirse al Hetmanato, debido a la interconexión de entidades políticas entonces.


Las fronteras del Imperio Ruso avanzaron rápidamente al oeste y al sur, haciendo que los otomanos retrocedieran del norte Del Mar Negro y provocando la partición de la CPL, que desaparecería del mapa de Europa.
En esta época, Caterina II de Rusia, Federico II de Prusia y Joseph II de Austria, fueron conocidos como los “déspotas ilustrados”. Todos tomaron parte en la partición de Polonia (1772-1795).
Caterina II gobernó el Imperio Ruso por más de 30 años (1763-2796) y su política de poder absoluto y aplicación de normas universales para todas las partes del Imperio y sus súbditos no eran compatibles con la existencia del Hetmanato.
La abolición de las fronteras internas y la completa incorporación del Estado Cosaco en el Imperio se convirtió en una de las prioridades de la emperatriz en la región.
“Malorusia (Ucrania), Livonia y Finlandia, son provincias gobernadas con privilegios” escribió Caterina en 1764. “Al igual que Smolensk, deben rusificarse de la forma más simple posible para que dejen de buscar el bosque como lobos. Será sencillo si se buscan gobernadores sabios para estas provincias. Cuando los Hetmans se marchen de Malorusia, cada esfuerzo debe encaminarse a erradicar de la memoria su existencia, solo hay que dejar ese cargo vacío”.



El primer monarca ruso en eliminar el cargo de Hetman fue Pedro I, luego de la muerte de Ivan Skoropadsky en 1722. El renacimiento del Hetmanato luego de la muerte del Zar en 1725, con la elección de un nuevo Hetman dos años después, no duró mucho.
Llegó a su fin a mediados de los 1730s, cuando el gobierno Imperial prohibió la elección de un nuevo líder cosaco, luego de la muerte del Hetman Danylo Apóstol.
Con el corto renacimiento del Hetmanato en 1759, el bastón de mando no fue a un Coronel cosaco sino al presidente de la Academia Imperial de Ciencias de Rusia, un talentoso joven de 22 años, llamado Kyrylo Rozumovsky.
Rozumovsky era un nativo del Hetmanato, educado en la Universidad de Göttingen, miembro de la Corte Imperial. El secreto de su meteórica carrera se debía a sus lazos familiares.
Su hermano mayor, Oleksii, un cosaco con gran talento como cantante, acabó cantando para el coro de San Petersburgo, donde conoció a la nieta de Pedro I, Elizabeth, futura Emperatriz de Rusia.
Se hicieron amantes y según algunos autores, se casaron en secreto. De una forma u otra, el cosaco Oleksii Rozum, pasó a ser el conde ruso Alejsei Rozumovsky.
Bajo el consejo del “Emperador de la noche” como le llamaban los cortesanos, convenció a Elizabeth para que restaurara el cargo de Hetman, que fue dado a su hermano menor.


Caterina II se convirtió en Emperatriz como resultado de un golpe respaldado por la guardia imperial, que asesinó a su marido y monarca legal, Pedro III.
Nacida como Sophie Friederike Auguste con Anhalt-Zerbst-Dornburg, no tenía mucha opción al trono ruso. Caterina escribió a Voltaire que “cada guardia, al verme, puede decir que gracias a él estoy aquí”.
Entre quienes pensaban de esta manera estaba el Hetman Kyrylo Rozumovsky, quien a cambio de sus servicios quería gobernar el Hetmanato. Igualmente sus súbditos en el Hetmanato querían mayor autonomía.
Pero Caterina llamó al Hetman a San Petersburgo y abolió el Hetmanato en otoño de 1764. En su lugar colocó al general Petr Rumiantsev, ruso étnico, quien asumió el título de gobernador general de Malorusia, como renombraron a Ucrania en el Imperio Ruso.
El estuvo al mando por más de 20 años e introdujo la servidumbre en el Hetmanato, así como los impuestos imperiales y el sistema postal. A principios de los 1780s, liquidó la autonomía territorial del Hetmanato y abolió el sistema administrativo y militar cosaco.
Esta macabra transición duró más de veinte años, con acostumbramiento progresivo de la población, sin revueltas ni mártires de los cosacos ucranianos. En el curso del siglo 18 fueron perdiendo territorio y libertades.
En un decreto hecho por Caterina en mayo de 1783, se prohibió a los campesinos viviendo en tierras de burgueses el abandonarlas y se les obligó a trabajar para ellos de forma gratuita. Fue el tercer establecimiento de la esclavitud.


Hubo una voz que se alzó en contra de la servidumbre en el Hetmanato. Fue Vasyl Kapnist, descendiente de una familia de oficiales cosacos de la región de Poltava, quien escribió uno de los más conocidos textos de protesta “Oda a la Esclavitud”, en 1783.
Con respecto al trato de la Emperatriz hacia su pueblo, escribió “Llevas el peso de poner cadenas en las manos que te bendijeron”.
Kapnist fue uno de los muchos de la élite ucraniana que hicieron buena parte de sus carreras en San Petersburgo y contribuyeron a desarrollar tanto la literatura y cultura ucraniana como la rusa. Su “Oda” es un texto venerado en la literatura rusa.
Así como el clero ucraniano se trasladó a la Rusia de Pedro I y se unió al clero Imperial, en la era de Caterina hubo migración a San Petersburgo de los hijos de oficiales cosacos y alumnos de la Academia de Kyiv que optaban por profesiones seculares.
Solamente entre 1754 y 1768, más de 300 alumnos de la Academia escogieron el servicio Imperial o se mudaron a Rusia. Allí se preparaban para ampliar sus estudios en el extranjero y luego volver al Imperio.
Había el doble de doctores ucranianos que rusos y en las últimas dos décadas del siglo XVIII, más de un tercio de los estudiantes del colegio de profesores de San Petersburgo, venían del Hetmanato.
Caterina detuvo la selección de clérigos ucranianos para la Iglesia rusa (cuando ella tomó el poder, la mayoría de los obispos de Rusia venían de Ucrania), pero seguía el influjo de ucranianos en el servicio civil y militar.


La carrera de Oleksandr Bezborodko es un bien ejemplo de cómo las nuevas generaciones de oficiales cosacos combinaron la lealtad al Hetmanato con el servicio al Imperio. Nacido en 1747, en la familia del canciller general del Hetmanato, Bezborodko estudió en la Academia de Kyiv.
Algunas décadas antes, esto sería el punto de inicio perfecto para una espectacular carrera en el Hetmanato, pero los tiempos cambiaron y Bezborodko obtuvo su rango de coronel al servicio del gobernador Imperial de Malorusia, Petr Rumiantsev, en lugar del Hetmanato.
El joven Bezborodko participó en la guerra contra los otomanos, mostró su valor en. numerosas batallas y estuvo a la cabeza de la cancillería de Rumiantsev. Promovido en 1774, al año siguiente se encontraba en San Petersburgo al servicio directo de la Emperatriz.
En 1768-1774, la Guerra Ruso-Turca, que propulsó la carrera de Bezborodko y lo hizo llegar del Hetmanato a la capital Imperial, tuvo un gran impacto en las tierras ucranianas. Una revuelta del banco derecho del Dnipró en la primavera de 1768 fue el detonante del conflicto.
En realidad dos revueltas ocurrieron a la vez. Los polacos se negaban a aceptar los mismos derechos y privilegios a los ortodoxos que a los católicos. Y por otra parte, los cosacos de Zaporyzhia se unieron a los de la corte Imperial para exigir esta igualdad.
En verano de 1768, el ejército ruso cruzó la frontera del Dnipró con la CPL, atacando tanto al bando católico como a los campesinos y cosacos ortodoxos. Esto les tomó por sorpresa ya que veían a las tropas zaristas como sus liberadores. El Imperio, seguía su propia lógica.
Ambas revueltas amenazaban la estabilidad de la región y ambas debían ser derrotadas. Pero resulta, que antes de que esto ocurriera, un destacamento cosaco, declarando estar al servicio ruso, cruzó la frontera polaca hacia el territorio del Khanato de Crimea, persiguiendo al bando polaco, supuestamente.
Los otomanos, junto con los franceses, estaban preocupados por la creciente influencia rusa en la región, aprovecharon el incidente para declarar la guerra al Imperio ruso, el cual aceptó.


El gobernador Gral, Petr Rumiantsev, lideró al ejército Imperial junto a un destacamento de cosacos, hasta Moldavia y Valaquia. Después de numerosas batallas exitosas, los rusos tomaron estos principados.
Además capturaron los fuertes que estaban bajo poder otomano, Izmail y Kiliia, en el Danubio, que actualmente se encuentran en Ucrania. Las fuerzas rusas tomaron también Crimea y la mayor parte del sur de Ucrania.
Los otomanos estaban en camino. En el Mediterráneo, la flota rusa destruyó a la armada otomana con ayuda de consejeros británicos.
El Tratado de Kuchuk Kainarjae, firmado en 1774, parecía un retroceso en las aspiraciones rusas en la región del Mar Negro. Las tropas Imperiales tenían que abandonar los principados de Moldavia y Valaquia.
Además tuvieron que retirar sus tropas de Crimea. La razón era simple. Varios países europeos no estaban contentos del crecimiento repentino de la influencia rusa en la región. Pero el tratado beneficio al Imperio Ruso de otra forma, ya que repelió a los otomanos del norte del Mar Negro, Mar de Azov y Crimea.
Así Rusia estableció sus puestos de avanzada en el Mar de Azov y el Mar Negro. El Khanato de Crimea era ahora un estado independiente de Estambul, pero dependiente de San Petersburgo.
La anexión formal de Crimea al Imperio Ruso ocurrió en 1783, con el ejército ruso ocupando la península y enviando al Khan al exilio en Rusia central. Bezborodko, el arquitecto de la política exterior rusa, jugó un importante papel en estos hechos.
Fue también el autor del llamado “Proyecto Griego”, un plan para destruir al Imperio Otomán y establecer el nuevo Bizancio bajo control ruso, así como la creación de Dacia, un nuevo país en el Danubio de la unión de Moldavia y Valaquia.
El proyecto nunca salió adelante, pero su eco aún resuena en los nombres griegos dados por las autoridades imperiales a lugares de Crimea, incluyendo Simferopol, Yevpatoria y Sevastopol, donde se encuentra la famosa base naval.


El cierre militar de la frontera de la estepa, permitió su colonización, promovida por el gobierno oficial. Ya los cosacos no eran necesarios en el área. De hecho, las autoridades imperiales les querían fuera, ya que eran proclives a revueltas, peleas y conflictos con los poderes vecinos.
Al año siguiente de la revuelta de Pugachev, en 1775, las tropas imperiales rusas que volvían del frente moldavo, rodearon el fuerte de Zaporyzhia y dispersaron a los cosacos.
Algunos fueron reclutados en nuevas formaciones cosacas, como los cosacos Del Mar Negro, que eventualmente navegaron a la península de Kuban (actualmente en Rusia), bordeando el turbulento Cáucaso Norte. En el vídeo se observa como conservan la cultura ucraniana.
Otros se quedaron, pero ya no como una fuerza organizada. La colonización en masa de la estepa ucraniana comenzó mientras aún estaban bajo control cosaco. Los propios Zaporyzhianos, invitaban a los campesinos a refugiarse en la región.
Luego el gobierno estableció asentamientos ocupando tierras de los cosacos. Eran refugiados serbios del Imperio Otoman asentados al norte de Yelysavetgrad (actual Kirovograd) y Bajmut (hoy Artenivsk en Donetsk), llamados respectivamente Nueva-Serbia y Slavo-Serbia.
Como la frontera con el Khanato se movió al sur, producto de la guerra ruso-turca y la anexión de Crimea, todas las tierras de Zaporyzhia se convirtieron en parte de una provincia imperial llamada Nueva Rusia.
De 1789 a 1790, los primeros menonitas llegaron a la regional desde Prusia, en un intento por evitar el servicio militar obligatorio y se asentaron en la isla cosaca de Jortysia. Pronto se le unieron protestantes alemanes y católicos de Europa Central.
Sin embargo, la mayoría de los “forasteros” venía de los dominios del Imperio Otoman, griegos, búlgaros y moldavos. Las autoridades imperiales buscaban granjeros y artesanos, animándoles a inmigrar y ofreciéndoles tierras, ventajas fiscales y beneficios que los rusos sólo verían en sus sueños.




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